martes, abril 10, 2012

El poema de Grass: Lo que hay que decir, al español


Aquí el poema de Gunter Grass traducido al español

Lo que hay que decir

El escritor alemán se opone a un ataque israelí contra Irán
GÜNTER GRASS 4 ABR 2012 - 04:28 CET1190

Günter Grass

Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.

Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado
por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha
la fabricación de una bomba atómica.

Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
a ese otro país en el que
desde hace años —aunque mantenido en secreto—
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que
es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho,
al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira
y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta;
“antisemitismo” se llama la condena.

Ahora, sin embargo, porque mi país,
alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios
sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque
enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado
la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir.

¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.

¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando
porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas
por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí
y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia
viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente,
y en definitiva también ayudarnos.

Traducción de Miguel Sáenz. El texto original en alemán se publica hoy en el diario Süddeutsche Zeitung.

Fuente: El pais.com  



2 comentarios:

  1. El poema de Grass es un desastre. Es un panfleto lineado en versos sin ningun sentido artistico, muy similar a los desastres politico-poeticos del señor Neruda y sus amores a Stalin. La politica es una prostituta que ha pagado siempre por dormir en las atmosferas de la inmortalidad literaria. Solo la astucia de Baudelaire pudo hacerlo, lanzandole dardos metaforicos a la cupula francesa, quien nunca perdonó la carga de sentido sugerido que llevaban esas Flores del mal

    --
    JUAN DAVID

    ResponderEliminar
  2. Por Antonio Caballerodomingo, abril 15, 2012

    Por Antonio Caballero
    Esa forma toscamente poética la que le da al fondo del texto un peso que no tendría si Grass lo hubiera publicado como simple columna de prensa. Hubiera sido solo banal. Pero es un poema, o así lo llama su autor; y por serlo dice con más fuerza que cualquier otra forma literaria. Dice, justamente, lo que hay que decir: que el armamento nuclear secreto, aunque de sobra publicitado, de Israel, en manos de los locos que hoy manejan ese país, es un peligro para todo el mundo.

    http://www.semana.com/opinion/decir/175495-3.aspx

    ResponderEliminar

Qué rico las opiniones son bienvenidas.
Gracias,
Ana María - Penélope